El impacto de Wounded Warrior Project

For years, Jonathan “J” Dagen found life anything but joyful. An Army veteran who survived combat, homelessness, and years of emotional pain, J struggled daily trying to find peace. He never imagined a friendly voice on the phone and a pre-packaged LEGO^® building kit would lead him out of the darkness.

Para muchos veteranos, la transición a la vida civil puede ser como entrar en un mundo desconocido. La camaradería, la estructura y el propósito compartido que definieron su servicio militar han desaparecido repentinamente. Pero la conexión puede ser un salvavidas, y a través de una nueva asociación con Comcast, WWP está facilitando que los veteranos construyan esos vínculos. 

En una remota base militar en Alaska, donde los inviernos largos, fríos y oscuros son la norma, se está afianzando un nuevo enfoque en la salud mental. En la Base Conjunta Elmendorf-Richardson (JBER), ubicada en Anchorage, se están realizando esfuerzos para brindar más apoyo de salud mental a las 30,000 personas que llaman hogar a la base.

Lanzada como una audaz fusión de arteterapia y cultura del skate, la campaña Warriors on Board de Wounded Warrior Project^® invitó a 11 veteranos de todo el país y Puerto Rico a diseñar patinetas personalizadas como un medio de curación creativa. Más que un proyecto, se convirtió en un salvavidas, ofreciendo a los veteranos una nueva forma de procesar sus experiencias, conectarse con los demás y convertir sus historias en obras de arte rodantes.

Cuando los miembros del servicio sufren heridas en el cumplimiento del deber, su sacrificio no termina cuando regresan a casa, y el compromiso de la nación con ellos tampoco debería hacerlo. Sin embargo, según la ley actual, a aquellos que se vieron obligados a jubilarse anticipadamente debido a lesiones relacionadas con el combate se les niegan todos los beneficios que han ganado y se les exige que renuncien a parte de su pago de jubilación.